Alemania endurece el control fronterizo por el COVID-19, formando kilométricos atascos

El Gobierno Federal de Alemania ha endurecido de manera drástica los controles fronterizos para frenar la propagación de las diferentes variantes del COVID-19. Con reglas de entrada al país mucho más estrictas, los atascos kilométricos en los pasos fronterizos no han tardado en producirse. Una circunstancia de la que ya advertían los transportistas profesionales y que amenaza con afectar gravemente a la cadena de suministro. De hecho, desde este domingo el ferrocarril de larga distancia que comunica con la República Checa y la región del Tirol ha sido suspendido.

Alemania sigue imponiendo su ley de forma unilateral, reforzando las restricciones y controles en las fronteras con los países vecinos para intentar poner freno a los contagios por COVID-19 en el país. República Checa, Austria y Eslovaquia son las naciones más afectadas por el nuevo protocolo impuesto por el Gobierno Federal que ha llevado a cancelar varias líneas ferroviarias transfronterizas desde este domingo. Y es que sólo los alamanes, extranjeros con permiso de residencia y los temporeros y personal sanitario pueden cruzar la frontera, siempre con la debida documentación.

En lo que respecta al transporte de mercancías por carretera, los conductores de camiones y otro personal de transporte de mercancías están exentos de estas restricciones. Sin embargo, los controles fronterizos para hacer cumplir esta ley están provocando enormes atascos y colas kilométricas, ya que sólo se permite el acceso a los grupos poblacionales citados o a cualquier persona con un test PCR negativo. Ya el lunes por la mañana, la fila de camiones en la E55 era gigantesca, obligando a muchos de ellos a dar la vuelta.

Con las fronteras con República Checa, la región del Tirol de Austria y Eslovaquia cerradas en términos prácticos, la entrada en Alemania se ha convertido en una odisea para cientos de profesionales del transporte, incluso si entran dentro de las excepciones que pauta la regla, han completado el registro digital e incluso presentan una prueba de COVID-19 negativa que se haya realizado 48 horas antes del cruce de la frontera. Ni los esfuerzos de las autoridades checas por aumentar los centros de pruebas en la zona fronteriza están evitando este colapso fronterizo.

Fernando Sancho

Redactor especializado en movilidad, transporte de mercancías por carretera y las actividades anexas al sector.

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