La pandemia de COVID-19 y la crisis económica asociada a la misma han sido un nuevo revés para el sector del transporte de mercancías por carretera. La caída de la actividad en los meses más críticos de la crisis sanitaria, los vaivenes de la oferta y la demanda o la falta de liquidez de las Pymes y de los profesionales autónomos, auténtico soporte del sector, han provocado que el escenario en el que mueve el transporte sea realmente complejo y poco alentador. Incluso si se trata de una actividad esencial, el sector agoniza en muchos sentidos.
Precisamente por este papel fundamental del transporte en la sociedad y en el correcto funcionamiento de otras actividades económicas, los principales actores y asociaciones del sector han vuelto a pedir ayuda. De hecho, el transporte europeo ha vuelto a reclamar tener prioridad en el acceso a los fondos de los planes nacionales de recuperación económica. Y es que en última instancia son los Gobiernos de los Estados miembro los que gestionarán la parte correspondiente a cada país de los 672.500 millones de euros que la Unión Europea ha reservado para el fondo del mecanismo europeo de recuperación y resiliencia.
Con este objetivo en mente, un total de 32 organizaciones empresariales europeas dedicadas al transporte y la logística han pedido de manera conjunta a los Estados miembro y a la Comisión Europea que garanticen que el sector recibirá la consideración adecuada dentro de cada uno de los planes nacionales de recuperación económica. Recuerdan estas organizaciones que el sector del transporte y la logística es fundamental para el correcto abastecimiento de bienes de todo tipo, pero también para la movilidad del resto de actividades económicas.
Recuerdan además estas asociaciones que el Pacto Verde Europeo que exige reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero obligarán a las empresas de transporte a realizar grandes inversiones, circunstancia que debería llevar a la Comisión Europea a valorar los objetivos finales de esta iniciativa. Por ello, se pide que el transporte tenga un papel fundamental en los planes de recuperación y que, a su vez, se implanten medidas para facilitar la digitalización, la conectividad y se instaura un sistema de ayudas estratégicas a la cadena de suministro.