La segunda y tercera ola de la pandemia de COVID-19 han vuelto a colocar al transporte de mercancías por carretera en una situación realmente crítica. Sin que lo aprendido en el inicio de la pandemia haya servido para algo, los países han vuelto a imponer medidas y restricciones de forma unilateral sin tener en cuenta el papel de la cadena de suministro. Además, en términos del propio sector, las nuevas oleadas de la pandemia han rebajado de forma notable la demanda y han hecho que los precios del transporte se desplomen.
Las nuevas oleadas de la pandemia han colocado al transporte europeo en un escenario difícil y de enorme debilidad. La tendencia de precios a la baja en la recta final de 2020 ha seguido su curso en el primer mes del ejercicio 2021, circunstancia a lo que hay que sumar la debilidad en la demanda. De hecho, en el último trimestre del pasado ejercicio se registró una caída de hasta el 1,8% de los precios y del 30 o 40% en la demanda, al menos en determinadas rutas y servicios.
La desaceleración de la demanda en ciertos sectores y la reducción del comercio minorista ha influido, como no podía ser de otra forma, a la hora de dibujar un marco dentro del sector con variaciones a la baja en las principales rutas comerciales de toda Europa, incluidas las rutas que unen Madrid con París. Sin embargo, el transporte español todavía ha logrado cierta resiliencia en comparación con el de otros países. Así, por ejemplo, la ruta entre Milán y Varsovia ha registrado una reducción del tráfico de camiones de hasta el 17%.
Cifras que al final son casi una constante en rutas como las que unen Varsovia y Duisburgo, la propio Duisburgo con Lille o con Rotterdam. Una circunstancia a la que hay que sumar las medidas de control fronterizo que han incorporado en los últimos días países como Alemania, Bélgica, Portugal o Italia y que ponen un punto de dificultad extra al normal desarrollo de las actividades del sector del transporte de mercancías por carretera en particular y de la cadena de suministro en general.