El pasado jueves 24 de diciembre, el Parlamento Foral de Navarra aprobó la Ley que acaba con el régimen de módulos de tributación para los autónomos, modelo que ha sido sustituido de cara al ejercicio 2021 por un nuevo régimen de estimación directa especial. Un paso en el que no se ha tenido en cuenta a los trabajadores por cuenta propia y que supone un duro revés para la economía navarra. De hecho, la Asociación de Transportistas de Navarra (Tradisna), afiliada a FENADISMER, considera que este nuevo sistema es discriminatorio.
Pese a las protestas de las organizaciones que aglutinan a los profesionales autónomos de la región de Navarra, el Gobierno Foral no ha dado marcha atrás y ha aprobado en el Parlamento la ley que acaba con el régimen de módulos para autónomos. Un movimiento que supone en ciertos casos tributar un 180% más que con el anterior sistema tributario, situación que afectará a profesionales de sectores que han sido especialmente azotados por la pandemia de COVID-19 como la agricultura, la ganadería, la hostelería, el turismo y el transporte.
Al respecto de esta medida, Tradisna ha mostrado su enérgico rechazo, haciendo hincapié en la disparidad de criterios del Gobierno Foral de Navarra respecto al Ejecutivo central. Al fin y al cabo, Navarra ha acabado con el sistema de tributación por módulos mientras el Gobierno de España ha aprobado durante 2020 y de cara a 2021 distintas medidas tributaciones para dotar a los autónomos, incluidos los del sector transporte, de mayor liquidez para hacer frente a los efectos de la crisis de la pandemia de COVID-19.
Ante esta situación, Tradisna asegura que el modelo de tributación directa especial que acaba con el modelo por módulos no es más justo ni es más sencillo para los autónomos de Navarra. De hecho, la asociación asegura que es discriminatorio y que sólo sirve para aumentar la presión fiscal en hasta un 179% para muchos transportistas, todo en un momento de incertidumbre y crisis por la pandemia de coronavirus. Sin duda, una respuesta inadecuada para un sector que se consideró esencial e imprescindible durante la fase más crítica de la crisis sanitaria.