La pandemia de COVID-19 ha supuesto un duro revés para la industria y el sector transporte en la Unión Europea. Por este motivo, el organismo continental ha aprobado la creación de un fondo de recuperación de 672.000 millones de euros para sostener la economía de bloque de los Estados miembro. El compromiso es que el 37% de esta partida presupuestaria se utilice para proyectos que apoyen y den pasos hacia delante dentro de los objetivos climáticos que mantiene la Unión Europea a corto, medio y largo plazo.
La creación de este fondo de recuperación de 672.000 millones de euros ha sido acogida con gran satisfacción por Transport & Environment, la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente que sirve de paraguas para las ONG que trabajan en esta área. Con todo, T&E se ha mostrado un tanto crítica por la inclusión dentro de estos objetivos climáticos de tecnologías que no deberían estar incluidas, ya que este fondo también prestará apoyo general a lo que se han denominado ‘combustibles alternativos’, entre los que están los biocombustibles y el gas.
Por el contrario, el plan de gasto ecológico no hace referencia alguna a los coches eléctricos, aun siendo estos vehículos de cero emisiones los verdaderamente sostenibles. Por esta razón, T&E solicita a la Comisión Europea que cuide muy bien el uso de este fondo de recuperación y ataje de raíz el uso de lo que pueden considerarse inversiones verdes falsas. De hecho, T&E se compromete a luchar para evitar que el dinero de este plan de estímulo verde llegue a alguna industria o modo de transporte contaminante.
Con carácter general, William Todts como director ejecutivo de T&E ha asdegurado: «Este es el plan de estímulo verde más grande de la historia. Gracias a la implacable campaña de las ONG, cientos de miles de millones están disponibles para gastar en energía renovable, viviendas eficientes, autobuses eléctricos y ciclovías. Sin embargo, es absurdo que este acuerdo dé luz verde a los gobiernos para que derrochen dinero de la UE en cosas como gas fósil y biocombustibles de alta emisión sin tener una palabra que decir sobre los coches y camiones eléctricos».