La segunda ola de la pandemia de COVID-19 es una realidad. Aunque la Unión Europea se ha comprometido a coordinar las restricciones de movilidad que se den en los Estados miembro para controlar la incidencia del virus, la realidad es que los países ya se han puesto en marcha las primeras medidas de restricciones sociales, cierre de establecimientos o toques de queda. Dentro de este escenario en el España, Francia, Bélgica o Países Bajos han iniciado distintas medidas, la Unión Europea quiere proteger la libre circulación de los chóferes dedicados al transporte de mercancías por carretera.
En este aspecto, el Consejo Europeo ha aprobado la Recomendación presentada en los últimos días y que estipula que no se debe obligar a permanecer en cuarentena a los trabajadores del transporte, aunque procedan de zonas de alta incidencia del COVID-19. Esta medida debe ser adoptada por todos los países de la Unión Europea y representa una de las primeras acciones de Bruselas para coordinar las restricciones a la libre circulación que se puedan imponer como respuesta a la pandemia de COVID-19 en cualquier Estado miembro.
En esta línea, el transporte de mercancías por carretera se considera una actividad esencial y sus trabajadores no están sujetos a las cuarentenas mientras estén en el ejercicio de su labor, aunque durante sus servicios puedan proceder o atravesar de regiones o países con una alta incidencia de contagios por COVID-19. De igual forma, se establece que los conductores de vehículos de mercancías podrán circular libremente incluso si sus tareas de carga o descarga tienen lugar en regiones de alta incidencia del virus o si necesitan atravesar estas regiones en su ruta.
Con la aprobación de dicha Recomendación por parte del Consejo Europeo se dibuja un nuevo escenario a la hora de afrontar la segunda ola de la pandemia de COVID-19, al menos en lo que al transporte de mercancías por carretera se refiere. En este aspecto, desde FENADISMER confían en que la actuación de los Estados miembro sea transparente y realmente coordinada a la hora de adoptar las medidas anti COVID-19 y que así las empresas de transporte puedan desarrollar su actividad sin problemas de una forma real, evitando los errores que se dieron en la primera ola de la enfermedad.