La crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19 ha azotado al sector del transporte de mercancías por carretera con gran virulencia, también en los grandes mercados de Europa. Alemania no ha sido una excepción y así ha quedado patente con la delicada situación que han tenido que soportar muchas empresas de transporte. De hecho, el último informe del BAG refleja una cierta recuperación del sector, pero a diferentes velocidades. Una circunstancia que genera nuevos problemas y dolores de cabeza para las compañías del sector.
El observatorio del mercado de la Oficina Federal de Transporte de Mercancías (BAG) pone el foco sobre la ambivalencia del mercado alemán. Dentro de las fases que ha atravesado el sector del transporte de mercancías por carretera, primero se dibuja un descenso masivo de la actividad coincidiendo con la fase más crítica de la pandemia por COVID-19. A partir de entonces, la oferta y la demanda han ido fluctuando según el sector. Los servicios asociados a la venta minorista de alimentos, materiales de construcción, productos farmacéuticos muestran una alta incidencia, con una elevada demanda.
Con todo, el sector de la automoción y sus industrias proveedoras, con la industria mecánica y química a la cabeza, están sufriendo en mayor medida los estragos de la crisis económica por la pandemia de COVID-19, con una recuperación en su actividad más lenta y graves desfases en la oferta y la demanda, no tanto por el crecimiento de la segunda como por la reducción de flota que han realizado muchas empresas para controlar sus costes. Y aquí es donde nace el verdadero problema que están atravesando muchas compañías de transporte en la actualidad.
Planificar la capacidad de la flota es muy difícil. La creciente recuperación económica no va al mismo ritmo en cada sector, tanto en Alemania como en el resto de Europa. Sin una mejora clara en el volumen de servicios en muchas áreas y ante la amenaza de otro confinamiento, hay empresas que están reduciendo costes a costa de desprenderse de camiones en desuso, lo que a su vez afecta a la oferta. En la misma línea, las tarifas no se recuperan al mismo ritmo por el exceso de oferta, aunque hay rutas y segmentos concretos que sí están alcanzando el pulso normal. Al final, esta situación genera esta ambilavencia tan peligrosa en el sector.