El Gobierno de Bélgica ha puesto en marcha este jueves una serie de medidas para controlar la propagación del COVID-19. Pese a que son restricciones de carácter social asociadas al ocio y las relaciones interpersonales, este nuevo protocolo del Ejecutivo belga promete ser un dolor de muelas para el transporte de mercancías por carretera, sobre todo para las empresas que reparto de la última milla que tienen las cafeterías y bares como puntos habituales de reparto de sus mercancías. Bruselas será la ciudad más afectada por estas restricciones.
El Gobierno belga se ha puesto firme ante el notable aumento de casos de COVID-19 en todo el país y en su capital, Bruselas. De hecho, el Ejecutivo ha aprobado una serie de medidas que entran en vigor este jueves y que restringen el volumen de las reuniones y la vida social. De hecho, en Bruselas los bares y cafeterías cerrarán como mínimo hasta el 8 de noviembre, mientras que el consumo de alcohol en espacio público se restringirá en otros 19 municipios de la región. Por su parte, los restaurantes sí permanecerán abiertos.
Las restricciones en la apertura de bares y cafeterías se extienden a todo el país. Dejando al margen la medida concreta para Bruselas, los establecimientos de hostelería referidos tendrán un horario de apertura reducido y tendrán que cerrar a las 11 p.m. desde este viernes. Por su parte, las reuniones sociales también se han reducido como norma general y cada persona sólo podrá reunirse con un máximo de tres personas sin utilizar mascarilla, cifra de la que quedan excluidos los miembros de un mismo hogar. Este concepto de ‘burbuja de contacto cercano’ pasa así de cinco a tres personas.
El cierre prematuro o total de los establecimientos de hostelería supone un duro revés para el transporte de mercancías por carretera, sobre todo para el transporte urbano, aunque el sector no se ve afectado de manera directa por ninguna restricción. Con todo, los datos sanitarios del país invitaban a tomar medidas urgentes. No obstante, Bélgica ha registrado 30.000 casos de COVID-19 en los últimos 18 días, sumando un total de 132.203 contagios y más de 10.000 muertes en un país que cuenta con un total de 11,5 millones de habitantes.