La llegada de los camiones de 44 toneladas y 4,5 metros de altura vuelve a estar en la mesa de debate pese a las voces del sector del transporte de mercancías que rechazan esta idea. No obstante, la aprobación del uso de este tipo de vehículos pesados supondría un cambio radical en el mercado, dibujando en primera instancia un grave desequilibrio de beneficios entre las dos partes de este ‘juego’, los cargadores y transportistas. Y así queda patente en el estudio realizado recientemente por la Escuela de Ingeniería del País Vasco.
El citado estudio de la Escuela de Ingeniería del País Vasco, realizado en colaboración con la Fundación Pepe Iglesias, Fundación Quijote, Fundación Ricardo Díaza y Fundación GUITRANS Fundazia, analiza las repercusiones directas e indirectas de la introducción de los vehículos de 44 toneladas, llegando a la conclusión de que su aprobación alteraría de manera drástica el mercado español del transporte. Por este motivo, el estudio determina que debería haber un consenso en el sector para tomar esta medida, consenso que no existe.
El cambio de la normativa permitiría aumentar en un 15% el volumen de carga por servicio, lo que en un mercado como el actual supondría que algunas operaciones dejarían de ser útiles y necesarias. Según los datos de este estudio, la flota de camiones y viajes podría reducirse en un 13,8% para cubrir la demanda, dejando una situación en la que las empresas más grandes podrían adaptarse a la nueva situación, no así las pymes que verían como el aumento de costes por tonelada transportada se dispararía.
Más allá de situaciones individuales, el estudio refleja que el uso de camiones de 44 toneladas generará un reparto de beneficios desequilibrado entre cargados y transportistas. Además, el texto refleja que el deterioro del firme con los camiones de 44 toneladas crecería entre un 42 y un 59%, obligando a un mayor coste de conservación de las infraestructuras. Por último, no queda claro si el impacto medioambiental es positivo, por mucho que las emisiones se puedan reducir en un 3,7%, sin que haya además datos que corroboren que utilizar estos vehículos mejora la seguridad vial.