El sector del transporte de mercancías por carretera no seduce y esta es una realidad cada vez más palpable en Europa. Los bajos salarios y las condiciones laborales existentes, como la exigencia de pasar muchos días fuera de casa, han provocado una gran escasez de chóferes y un importante descenso en la incorporación de nuevos transportistas. Así lo refleja el último estudio de la asociación empresarial francesa FNTR, en el que se concluye que la profesión de conductor profesional no es atractiva para las nuevas generaciones.
Sin embargo, los bajos salarios y las condiciones laborales no son los únicos factores que han provocado esta grave escasez de chóferes y la baja incorporación al sector. No obstante, hay aspectos como la globalización o la transición energética que están provocando un cambio de la realidad laboral, con la aparición de nuevas profesiones y prácticas que alejan aún más a los más jóvenes del sector del transporte de mercancías por carretera. Una situación que obliga a la profesión a replantearse su estrategia a corto, medio y largo plazo.
No obstante, el distinto ritmo de crecimiento entre la demanda de chóferes y el volumen de mano de obra asalariada en el transporte de mercancías por carretera es una constante desde 2002. Durante casi dos décadas, el volumen de chóferes ha ido creciendo, aunque a un ritmo del todo insuficiente para cubrir las necesidades del sector. Sin ir más lejos, en 2018 se produjo un aumento del 3% en el número de conductores contratados, aunque eso no impedía que casi el 50% de las empresas sufrieran esta escasez de conductores.
Esta situación es tendencia en toda Europa. Sin ir más lejos, la FNTR francesa calcula que el sector transporte debería haber contratado unos 36.000 conductores en 2019 para frenar esta tendencia negativa, ya que en 2022 el sector podría necesitar cubrir más de 223.000 puestos de conductor profesional sólo en Francia. Y todo en un escenario donde el flujo de las mercancías lleva a los nuevos conductores a apostar por el transporte local, menos regulado y que requiere una menor calificación que el transporte internacional, con un volumen de días fuera de casa casi nulo y salarios más atractivos.