La cada vez más preocupante cifra de contagios por COVID-19 que se están dando en España ha llevado a la totalidad de las Comunidades Autónomas a endurecer las medidas para frenar la expansión del virus. Entre las mismas, las autoridades regionales han decretado el cierre de bares, restaurantes y locales de ocio en horario nocturno para intentar reducir los contagios por COVID-19, una medida que no sólo afecta al común de la población, sino que también supone un severo contratiempo para el transporte de mercancías por carretera.
Si bien la medida estaba destinada a acabar con el ocio nocturno, los bares y restaurantes que daban servicio a los chóferes en las carreteras y polígonos industriales y logísticos también se han visto afectados por la nueva normativa. De esta forma, los miles de transportistas que trabajan en horario nocturno por su labor en sectores como la distribución alimentaria, el sector logístico o la distribución de prensa y otros productos se han encontrado de un día para otro sin alternativas para realizar un avituallamiento o utilizar los aseos.
Ante la decisión de todas las Comunidades Autónomas de cerrar no sólo las discotecas y salas de baile, sino también los establecimientos de hostelería y restauración en horario nocturno -a partir de la 01:00 horas de la madrugada-, desde FENADISMER se ha solicitado al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que se aplique una exención a la norma como ya se hizo durante el Estado de Alarma. De esta forma, algunos bares y restaurantes en lugares estratégicos podrían seguir dando sus servicios a los transportistas.
El sector del transporte de mercancías por carretera se encuentra tras esta medida con una situación similar a la que ya sufrió el colectivo durante los primeros días del Estado de Alarma, ya que la actividad de los bares y restaurantes situados en las carreteras y polígonos quedó del todo interrumpida, ya que estos establecimientos se vieron obligados a cerrar. Para poner solución a esta circunstancia, el Ministerio de Transporte decretó una Orden de autorización de apertura a una amplia relación de establecimientos de hostelería y restauración para que pudieran prestar su servicio.