Berlín vivió una jornada atípica el pasado viernes 24 de julio, toda vez que cientos de chóferes dedicados al transporte de mercancías por carretera invadieron la ciudad desde primera hora de la mañana y hasta las 18:00 horas de la tarde. El objetivo de los profesionales del transporte reunidos en la capital alemana era manifestarse contra el cabotaje que realizan en el país las empresas de Europa del Este y contra el dumping social que existe en el sector y que fomenta una competencia desleal.

Dos de las grandes preocupaciones del transporte de mercancías por carretera en Alemania son el dumping social y el cabotaje que realizan las empresas de países de Europa del Este, principalmente Polonia. Los chóferes sienten que estas prácticas perjudican de manera muy importante a las empresas alemanas, ya que generan una competencia imposible de asumir por las empresas locales, que no pueden igualar los paupérrimos salarios que reciben los chóferes de estas compañías. No obstante, las empresas cargadoras alemanas apuestan por estas empresas de Europa del Este por su precio, dañando seriamente la actividad de las empresas germanas.

Los profesionales del transporte alemanes piden unificar la fiscalidad entre todas las empresas de la Unión Europea, con un sueldo similar para los chóferes y condiciones similares. Sólo en este escenario, que en teoría debería dibujarse con el nuevo Paquete de Movilidad aprobado por el Parlamento Europeo, se podría tener una base con la que todas las empresas puedan competir en el mercado del sector del transporte de mercancías por carretera con las mismas condiciones en cualquiera de los Estados miembro.

La protesta realizada en Berlín, siguiendo la manifestación que ya se realizó el 19 de junio, ha partido desde el área de descanso de Avus, la Plaza Olímpica y el área de servicio de la autopista Michendorf Süd. Los camiones recorrieron en su ruta algunos de los escenarios más icónicos de la capital de Alemania como la Puerta de Brandeburgo o la Rathenauplatz. Durante su recorrido, los profesionales del transporte provocaron importantes atascos en el tráfico rodado de la capital, situación que se repitió en el desfile final con el que los camiones abandonaron la ciudad.