La pandemia de COVID-19 ha provocado una grave herida en la economía española, situación que afecta en gran medida al sector del transporte de mercancías por carretera. Basado en un modelo de empresa de tamaño reducido y con un endeudamiento privado elevado, la crisis del coronavirus ha impactado de lleno contra las compañías del sector provocando un riesgo tres veces más alto de insolvencia. De una efectiva coordinación y colaboración público-privada dependerá la supervivencia de un sector que además deberá reinventarse apostando por la digitalización.
Partiendo de la base de que la crisis del COVID-19 no se podía predecir, el conjunto medio de las empresas del sector transporte y de logística gozaban de un mejor estado de salud que al inicio de la última gran crisis económica, siendo esta mucho más predecible. Con niveles de endeudamiento inferiores, el escenario sobre el papel no era tan malo. Sin embargo, la falta de capital y liquidez en el sector transporte y en el sector logístico hacen que la pandemia haya sido un golpe letal para muchos profesionales autónomos y empresas.
La crítica situación del sector transporte se entiende a su vez desde las dificultades existentes en el global de la economía española. Con previsiones de una caída del PIB que puede estar entre el 5,7 y el 13,5%, datos por encima de la media de los países de la Euronza, la situación se antoja cuanto menos compleja al menos hasta 2023. Será entonces cuando la economía de España pueda alcanzar un PIB similar al que existía antes de la crisis del COVID-19. Por mera extrapolación, los plazos de recuperación del sector transporte no serán muy distintos.
Una recuperación para el sector transporte que según los expertos se debe sustentar en tres puntos concretos. El primer reto para las compañías de transporte pasa por la resiliencia o supervivencia inmediata, fase en la que se deberán estabilizar las cadenas de suministro y optimizar los modelos operativos, siendo clave el apoyo con liquidez e incentivo de demanda del las instituciones y sector público. El segundo paso será la recuperación paulatina de la actividad, el empleo y la economía. Y el tercero, común a los dos anteriores, es la reinvención empresarial dentro de esta difícil situación.