La pandemia de COVID-19 ha provocado cambios a todos los niveles en la población y, por ende, en su actividad y tendencias de consumo. Pese a este profundo cambio, el sector del transporte de mercancías por carretera ha mantenido su condición de actividad fundamental. No obstante, la cadena de suministro es clave la hora de mantener fuerte el tejido industrial y fomentar las transacciones económicas en una situación en la que la existe una demanda a la baja y una clara debilidad económica.
La realidad de la crisis del COVID-19 ha estado ampliamente vinculada al sector transporte, por el desarrollo de las fases de la misma. En un primer instante, la población apostó por una clara acumulación de stock, sobre todo de alimentos y productos de primera necesidad. Esto generó un notable aumento inicial en los servicios de transporte de mercancías por carretera, toda vez que la venta de alimentos aumentó cerca de un 30%. De igual forma, la entrega de alimentos a domicilio se disparó ante la movilidad reducida de la población.
Superada esta fase inicial y el aumento de los servicios relacionados con el abastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad, el sector transporte vio normalizada su actividad antes de entrar en una profunda depresión. Pese a que las ventas del comercio electrónico crecieron un 50% en marzo, los servicios de transporte asociados a otros sectores como son la venta de automóviles cayeron al mínimo. También la actividad en el sector transporte se vio seriamente afectada por la paralización de la industria y la construcción.
Con el inicio de la desescalada, el sector del transporte de mercancías por carretera está ante el reto de intentar recuperar el pulso y la actividad. No será una tarea fácil en un periodo en el que la robustez económica se ha desvanecido, al igual que la propia fortaleza de autónomos, pymes y empresas del sector, ahogadas por la creciente falta de liquidez. Además, las restricciones que aún se mantendrán durante semanas y la más que posible persistencia en el comportamiento del confinamiento de los consumidores dibujan un difícil escenario.