La encuesta online realizada en los últimos días por la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) refleja la compleja y crítica situación que vive el sector del transporte de mercancías por carretera en España. Con la participación de 1.197 empresas de transporte de logística y mercancías de todas las provincias de España, los datos de esta encuesta son muy preocupantes. Un total de 108.000 trabajadores (18% del total) se han visto afectados por la crisis del COVID-19, ya sea en forma de ERE o ERTE (51%) o diversa alteraciones o suspensiones de su actividad laboral (49%).
Con uno de cada cinco trabajadores del sector afectados por un ERE, ERTE o soluciones de otra índole como permisos retribuidos, adelanto de las vacaciones, reducción de la jornada o de los turnos de trabajo, el sector transporte se ‘desangra’. De hecho, se estima que más de 55.000 puestos de trabajo asociados al transporte de mercancías corren peligro dentro de una crisis del COVID-19 que ha paralizado en gran medida el sector. La propia encuesta del CETM señala que la actividad media de todo el sector del transporte y la logística ha caído un 43%.
Esta caída del 43% no es homogénea en todo el sector transporte. De hecho, el transporte de mercancías a nivel nacional se ha reducido un 59% respecto a datos previos. Por su parte, el transporte internacional ha caído un 38%, a lo que hay que sumar un incremento de un 30% de media en el kilometraje de los trayectos en vacío. De igual forma, tampoco esta caída de la actividad es simétrica en todo el país y las empresas situadas en Álava, Barcelona, Jaen, Madrid, Pontevedra y Zaragoza están siendo las más afectadas.
Como es lógico, el volumen de actividad y el grado de afectación por la crisis del COVID-19 tampoco es igual entre los distintos tipos de empresas. Así, los autónomos están sufriendo una pérdida de trabajo del 59%, mientras que las empresas con menos de 20 vehículos han vivido una caída de su actividad en un 48% de media. Estos datos son ligeramente menos negativos para las grandes compañías, aunque eso no esconde que una parte importante del tejido empresarial del transporte y logística de mercancías se encuentra en una situación de riesgo y al límite de la supervivencia.