Reino Unido se ha doblegado a la realidad de la pandemia de COVID-19 y sigue los pasos de la gran mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea, pese a no formar parte ya de la misma, a la hora de aplicar medidas excepcionales para facilitar el transporte de mercancías por carretera ante la crisis sanitaria del país. En este aspecto, el Gobierno británico ha pautado una exención temporal a la normativa de tiempos de conducción y descanso, además de eliminar las tasas medioambientales en las áreas urbanas.
Pese al plan inicial de no actuación del Gobierno dirigido por Boris Johnson, Reino Unido se ha postrado ante la realidad de una pandemia de COVID-19 que se ha cobrado casi 5.000 vidas y que ha afectado a más de 47.800 personas. En este marco de crisis sanitaria, el Ejecutivo ha eliminado ciertas restricciones y pautado normas de excepción para facilitar la normal actividad del sector del transporte de mercancías por carretera y asegurar así el correcto abastecimiento y distribución de alimentos y bienes de primera necesidad.
A espejo de las medidas tomadas por un gran número de países de la Unión Europea, pese a no formar parte de este organismo desde el 1 de febrero, el Reino Unido ha flexibilizado los tiempos de conducción y descanso. De esta forma, durante la crisis del COVID-19 se permite conducir hasta 11 horas diarias en bloques de 5,5 horas continuadas. Además, se permite el trabajo ininterrumpido 7 días a la semana y se han eliminado las tasas medioambientales que afectan a las grandes urbes.
El Gobierno británico no ha hecho cambios en la aplicación de las autorizaciones necesarias para el transporte internacional y otro tipo de restricciones, por lo que se podrá operar bajo Licencia Comunitaria. En este aspecto, la crisis del COVID-19 amenaza con ampliar el periodo de transición de salida del Reino Unido de la Unión Europea más allá del 31 de diciembre de 2020, con la posible extensión de las condiciones actuales en el transporte de mercancías más allá de esta fecha.