La crisis derivada de la pandemia de COVID-19 que mantiene a España bajo Estado de Alarma no sólo se está notando en el transporte nacional, sino que también está afectado a un gran número de servicios de transporte de mercancías por carreteras a nivel internacional. La falta de demanda privada, el cese de actividad de una gran parte del entramado industrial y las medidas de urgencia tomadas por los países están limitando están paralizando gran parte del transporte internacional y los movimientos fronterizos.
La paralización de los sectores no esenciales y las medidas de confinamiento adoptadas por España y el resto de países de la Unión Europea están provocando una notable reducción en el consumo. Esta circunstancia a su vez se traduce en una notable reducción de los servicios de transporte internacional y, por ende, del volumen de camiones que cruzan la frontera. En este aspecto, el tráfico de camiones y vehículos industriales en algunos de los pasos fronterizos esenciales de España se ha reducido casi un 90%.
Según los datos del Gobierno, el movimiento en las fronteras de España con Francia y Portugal, así como en el Estrecho con Marruecos, se ha reducido de una forma considerable. Una situación comprensible ante la disminución del tráfico de bienes intermedios y de productos entre los centros industriales y áreas de abastecimiento en toda Europa. Así, por ejemplo, los movimientos fronterizos terrestres han caído de media un 76% desde el pasado lunes 23 de marzo, siendo especialmente aguda la caída del 29 de marzo, cifrada en un 91,64%.
Por áreas geográficas, el descenso en el tráfico de camiones por los pasos fronterizos entre Galicia y Portugal se ha reducido en un 93%, mientras que el tránsito ha caído entre un 80 y un 95% en otras fronteras con el país luso. Por su parte, el paso fronterizo de Guipúzcoa con Francia ha registrado también un descenso del tránsito de vehículos de transporte superior al 80%, mientras que las fronteras de Gerona, Lérida, Navarra y Huesca registran una caída del 86%.