La pandemia global por el virus COVID-19 y la situación de crisis sanitaria derivada de la misma ha provocado un duro revés al sector del transporte marítimo. Pese a que España aún está en la primera fase de la crisis, lo cierto es que el volumen de tráfico marítimo se ha reducido de forma considerable. Y es que la reducción del tráfico de un 30% en los puertos chinos en lo que va de año se traduce en una caída del 9% del tráfico marítimo global.
Aunque la ruta marítima entre China y España registró un crecimiento en el tráfico del 2,2% en el mes de enero, Puertos del Estado calcula que los datos de febrero y marzo serán acordes a la caída del tráfico marítimo global. De hecho, se estima que España tendrá también una caída del tráfico marítimo en torno al 9% en el mes de marzo. Una situación que pone en jaque a un gran número de empresas de logística y, en última instancia, a un buen número de chóferes y profesionales del transporte. No obstante, China representa el 60% del volumen de negocio de las empresas españolas de importación.
En este aspecto, las empresas logísticas y de transporte prevén que será en la primera semana de abril cuando se empiece a notar, de verdad, los efectos del descenso del tráfico marítimo entre China y España por culpa del COVID-19. En este aspecto y de una manera tangencial al propio tránsito marítimo y de mercancías por carretera, varios sectores marcan en rojo el mes de mayo como fecha límite para volver a un estado de normalidad antes de que se produzca el desabastecimiento de ciertos productos, materiales o materia prima que procede de China.
Responsables del sector químico, textil o del automóvil avisan, en esta línea, de los problemas de desabastecimiento o colapso que puede haber a corto y medio plazo en sus campos por la ausencia de productos importados desde China. Una situación que, a su vez, repercutirá en las numerosas empresas de logística y transporte que operan en estos sectores, así como a sus chóferes. De forma tangencial, las empresas de logística y transporte también están preocupadas por la tendencia a la baja en el consumo que se puede producir en los próximos meses.