La Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) ha pedido a la Unión Europea que apliquen medidas efectivas para minimizar al máximo el impacto de las restricciones que se están estableciendo a nivel fronterizo y de circulación en los países miembros y así asegurar el suministro básico. En este aspecto, la IRU calcula que el cierre de fronteras podría suponer pérdidas de 60.000 millones de euros en el peor de los casos.

A través de un breve comunicado, la IRU ha remarcado la importancia de que la Unión Europea tome las medidas adecuadas para minimizar el impacto de estas restricciones al tráfico. En el mismo, la organización internacional señala que la crisis por el COVID-19 está generando ya una situación de «discontinuidad masiva en el movimiento de mercancías y personas», por lo que solicita que la Unión Europea «tome la iniciativa con medidas enérgicas para evitar el alto riesgo de escasez de suministros, sobre todo en los suministros vitales«.

Esta comunicación del IRU ha sido abalado por la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM). El organismo nacional refrenda la necesidad de garantizar la actividad del sector del transporte de mercancías por carretera ante una situación de emergencia como la que está afectado actualmente Europa y, más concretamente, España, ante la pandemia por el virus COVID-19. No obstante, España se ha convertido en cuestión de horas en el quinto país con más casos de contagio por coronavirus del mundo.

En esta línea, desde la IRU y la CETM se pide que la Unión Europea garantice la movilidad en todo momento y evitar la alteración del transporte de mercancías por carretera por los bloqueos fronterizos que se están produciendo ya en ciertos países. En este aspecto, ambos organismos e que las medidas a tomar se realicen de manera conjunta para evitar las contradicciones que se pueden dar entre los distintos estados miembros y que pueden afectar al suministro de productos esenciales y material sanitario.