La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) ha tachado de «desproporcionado» el fallo del Tribunal Supremo que señala la manipulación del tacógrafo como infracción penal, toda vez que esta sentencia sienta jurisprudencia. Para Fenadismer el castigo por vía penal sólo se debería limitar a las prácticas que supongan un riesgo real para la seguridad vial, ya que en última instancia la calificación de ‘manipulación’ señala sólo a los chóferes.

La resolución del Tribunal Supremo de tildar de infracción penal la manipulación de los tacógrafos ha llevado a la Fiscalía General del Estado a activar sus mecanismos. De hecho, este organismo ha dado orden a la Guardia Civil y las distintas policías autonómicas para que instruyan atestados por delito de falsedad en documento oficial para este tipo de prácticas. Sin embargo, Fenadismer considera que al tratarse de un supuesto de competencia desleal con otros transportistas y empresas de transporte, este tipo de prácticas deberían ser castigadas severameante por la vía administrativa.

Para Fenadismer, este modelo puede llevar a deficiencias técnicas y errores involuntarios porque la consideración de ‘manipulación’ quedará a criterio del agente de carretera. Esto puede ocasionar situaciones de indefensión para el chófer. En cuanto al autor del delito, siempre será en primer término el propio conductor, sin perjuicio de que haya otros responsables de esta práctica, entre ellos la empresa transportista, el taller o incluso la empresa cargadora. No obstante, este tipo de prácticas de manipulación del tacógrafo suelen estar orquestadas.

El texto de la Fiscalía considera que esta práctica deber tener la consideración de delito de falsedad en documento oficial toda manipulación fraudulenta de un tacógrafo que dé como resultado la alteración de sus registros y que tenga como finalidad sortear los controles policiales y administrativos. Entre las mismas figuran las alteraciones técnicas de los parámetros de calibración de los neumáticos y caja de cambios, la colocación de imanes, la duplicación de sensores de movimiento, el hackeo del software o la utilización de discos diagrama falsificados o a nombre de otro chófer.