El pasado 14 de diciembre de 2019 entraron en vigor las nuevas normas armonizadas en la UE para prevenir, eliminar o reducir el nivel de riesgo para los seres humanos, los animales y las plantas, a lo largo de la cadena agroalimentaria. Estos controles oficiales, realizados por las autoridades competentes de cada Estado miembro, sirven para comprobar si estas normas se aplican correctamente.
Las empresas y las autoridades se benefician de la reducción de las cargas administrativas, de la mayor eficacia de los procesos y del refuerzo de los controles. Los consumidores se benefician de una mayor transparencia sobre la forma en que se realizan los controles para garantizar la seguridad alimentaria y unos niveles elevados de sanidad vegetal, salud y bienestar animal. Sus intereses económicos se protegen mediante normas reforzadas para evitar el fraude.
¿Qué son los controles oficiales y por qué los necesitamos?
Los controles oficiales consisten en comprobaciones realizadas por las autoridades competentes de los países de la UE (y de la AELC) para verificar que las empresas cumplen las normas de la cadena agroalimentaria.
Estas normas abarcan la seguridad y la calidad de los alimentos y los piensos, así como la sanidad vegetal, la salud animal y el bienestar de los animales. Además de los animales, las plantas y las mercancías en el mercado de la UE, también se aplican a los animales y los productos de la cadena agroalimentaria que entran en la UE procedentes de terceros países y que se exportan a terceros países.
El Reglamento de Controles Oficiales (RCO) proporciona una base para los controles exhaustivos basados en el riesgo a lo largo de la cadena agroalimentaria. Esto permite a las autoridades orientar mejor sus controles y poner sus recursos donde más se necesitan. En particular, un sistema informático más integrado permitirá a las autoridades de control hacer un seguimiento más eficaz de las prácticas comerciales problemáticas.
¿Qué cambian las nuevas normas?
Entre las principales novedades se encuentran la ampliación del ámbito de aplicación para abarcar también las plantas, el aumento de la transparencia, el refuerzo de las herramientas de lucha contra el fraude alimentario y un sistema integrado de controles fronterizos de animales, plantas, alimentos y piensos: »
¿Se mantiene el enfoque basado en el riesgo?
Los operadores de todas las etapas de producción, procesamiento y distribución que manipulan animales, plantas, alimentos, piensos, así como determinados bienes, sustancias, materiales o equipos se rigen por las nuevas normas. Los controles se realizarán sin previo aviso, a menos que sea necesario y esté debidamente justificado.
La frecuencia de los controles estará vinculada a los riesgos que presente un producto o proceso con respecto al fraude, la salud, la seguridad, el bienestar de los animales o, en determinados casos, el medio ambiente. Los factores incluidos en la evaluación del riesgo son, por ejemplo, el historial de cumplimiento del operador o la probabilidad de que los consumidores sean inducidos a error sobre las propiedades, la calidad, la composición o el país de procedencia del alimento.
Una novedad importante es la obligación de los Estados miembros de proteger a los denunciantes que proporcionen información sobre el incumplimiento a las autoridades competentes.
¿Se incrementará la transparencia?
Según las nuevas normas, los Estados miembros están obligados a garantizar una mayor transparencia, por ejemplo mediante la publicación de informes anuales. La existencia de normas transparentes para el cálculo de las tasas por los controles oficiales garantizará que los Estados miembros puedan salvaguardar la financiación adecuada de sus servicios y que los operadores puedan evitar que se les cobre en exceso.
¿Los controles oficiales cubrirán los productos de la cadena agroalimentaria procedentes de terceros países?
Se aplicará un conjunto de normas comunes a los controles oficiales realizados sobre los animales y las mercancías que entren en la Unión y que supongan un riesgo para la salud, la seguridad y el bienestar de los animales (o, en determinados casos, para el medio ambiente).
La frecuencia de los controles ajustada al riesgo, vinculada a un sistema informatizado modernizado de gestión de datos e información sobre los controles, canalizará los recursos hacia los riesgos. Por lo tanto, este nuevo sistema será menos oneroso para las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley y para la industria.
Los puestos de control fronterizo designados tendrán que cumplir requisitos comunes para garantizar unos controles oficiales eficaces y coherentes.
¿Estarán cubiertos también por las nuevas normas los productos adquiridos en línea («comercio electrónico»)?
El RCO también se aplica a los controles oficiales de animales, alimentos, plantas y algunos otros bienes vendidos a través de Internet.
El RCO proporciona a los Estados miembros una base jurídica clara para encargar productos en línea sin identificarse («compra misteriosa») y utilizar los productos adquiridos como muestras oficiales. En caso de incumplimiento, las autoridades competentes pueden exigir la modificación del contenido o el cierre temporal del sitio web utilizado por el autor.
¿Las nuevas normas abordarán el fraude alimentario?
El fraude socava la confianza de los consumidores, perjudica a la competencia y puede comprometer la seguridad de los alimentos y los piensos. Por lo tanto, las nuevas normas exigen a los Estados miembros que lleven a cabo controles oficiales periódicos y sin previo aviso basados en el riesgo para detectar prácticas fraudulentas o engañosas.
Esto incluye la comprobación del cumplimiento de las normas de comercialización de los productos agrícolas en caso de sospecha de fraude. Las sanciones económicas por fraude deberán reflejar el beneficio económico previsto o un porcentaje del volumen de negocios realizado por el operador fraudulento.
Puedes ver más información las nuevas normas armonizadas en la UE a lo largo de la cadena agroalimentaria en el siguiente enlace