Los accidentes en los tramos de Tarragona de la N-340 y la N-240 han disminuido un 40 % un año después de la entrada en vigor del desvío obligatorio de camiones a las autopistas AP-7 y AP-2, según el Servicio Catalán de Tráfico (SCT).
Los desvíos son obligatorios entre Montblanc (Tarragona) y Les Borges Blanques (Lleida), entre Alcanar y L’Hospitalet de l’Infant y de Altafulla a Vilafranca del Penedès (Barcelona), con descuentos del 42,5 % para los camiones de paso y del 50 % para las rutas internas. Estas restricción al tráfico pesado ha reducido en más de un 45 % de media los accidentes mortales o con heridos graves, aunque en el tramo norte supera el 60 % y en el sur, un 39 %.
En este primer año, se han desviado unos 7.000 camiones cada día (más de 2.000.000) y solo 4.028 han incumplido la medida obligatoria, sancionada con 500 euros de multa y sin pérdida de puntos en el carné de conducir. La Federación de Empresarios de Autotransporte (FEAT) critica la medida porque, en su opinión, “criminaliza” el sector y supone añadir otra carga financiera -según el director técnico de la patronal, Josep Lluis Aymat- que se suma a los impuestos de los hidrocarburos.
El desvío obligatorio también ha tenido una repercusión local entre vecinos de Altafulla y Torredembarra porque al reordenar los accesos, ahora deben dar un rodeo de más de 2 kilómetros para llegar a sus casas, por lo que han organizado cortes de carretera en señal de protesta.