Hasta cuándo va el sector a tolerar que le sigan haciendo lo que le están haciendo, porque esto no va de broma, mejor dicho no ha ido de broma nunca, aunque el sector no lo haya entendido.

Si toda respuesta de la administración a los problemas del sector es cada vez más titulitos, cada vez más inconvenientes, cada vez más problemas, cada vez más imponderables para realizar el trabajo, es que no se quieren resolver y a eso hay que contestar de forma contundente, no callar y callar, porque en la lista están todos, repito TODOS.

Tras la promulgación de un ROTT que para el sector más parece la venganza de alguien que bien no lo quiere, nos encontramos con los choques entre leyes y administraciones, una y otra vez, pero que no hacen más que profundizar en la falta de seguridad jurídica que tanto necesitan las empresas y en particular las de transporte por carretera.

El problema que trae bajo el brazo el registro de las horas de trabajo, ya no es uno más, es el detonante que deja a los pies de los caballos a TODO el sector, al que más le va a valer la pena cerrar y retirarse, que seguir sin seguridad alguna ante el maremoto controlador y sancionador que se le viene encima.

Es que nadie se da cuenta que ya está todo el enemigo preparado para el asalto final, o somos sólo nosotros, porque que los sindicatos de clase, los que se la perdieron, los wasaps, las autoridades de control, las administraciones y demás, están ya preparados para infringir cuanto más dolor mejor, y el sector sin una miserable aspirina para calmarlo, aunque lo tenga todo en su mano para acabar con los asuntos que tanto le acucian.

La creación de un Ministerio de Transportes que entienda del sector y de donde se expulsen a cargadores, operadores logísticos y demás para que recalen en otro Ministerio como el de Industria y Comercio, sería un buen comienzo, pero el camino hay que andarlo, y el respeto no se regala, el respeto se gana.

El resto ya lo saben, trabajar y exponer para nada, es tontería.