El negro futuro que se le avecina al diésel y la escalada de precios, que podrían aumentar con nuevas figuras impositivas, supondría complicar el año a los transportistas, que ya han comenzado 2018 con un descenso del 7,5 por ciento de la actividad, lo que contrasta con el aumento del 25,7 por ciento registrado en 2017. Este frenazo retrotrae el sector al volumen de trabajo de hace cuatro años, lo que complica su supervivencia.
A pesar de las dudas, la decisión del Ministerio de Hacienda de excluir a los transportistas de los nuevos gravámenes al diésel resulta algo tranquilizador para estos profesionales, que habían calculado que la subida de impuestos rondaría los 5.500 euros por camión, según cálculos de la Confederación Española de Transportes de Mercancías (CETM), que ha advertido de las consecuencias negativas de esta medida que estudiaba el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
El presidente de la Federación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera de Castilla y León (Fetracal), Juan Luis Feltrero, denunció que se han convertido en «los malos de España». «Ya está bien y el sector se va a plantar», dijo ante la posibilidad de que hagan una huelga, puesto que a las medidas fiscales, la subida del petróleo, que reduce sus beneficios, se unen las limitaciones para circular por determinadas vías. «El camión estorba», sentenció.
Tampoco gustan a los transportistas de Castilla y León las palabras de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien manifestó en el Congreso que el diésel tenía «los días contados» y que su «impacto» en la calidad del aire era «lo suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida».
Todo ello ha generado nerviosismo y preocupación, como explicó el presidente de Fetracal, quien pidió ayudas y que se permita al sector repercutir el incremento de precios del carburante. «El sector es difícil que esté bien, todos los impuestos van a parar a él», lamentó Juan Luis Feltrero. Insistió en que los «pañales» o el «arroz» de las paellas que se degustarán este verano junto al mar viajan en camiones por las carreteras, por lo que pidió un mejor trato político.
La desaceleración económica, que pronostican los principales institutos y centros de predicción, parece dejarse notar ya en el transporte de mercancías por carreteras, que absorbe de media el 80 por ciento de todos los movimientos, por lo que es considerado como un termómetro de la actividad del país.