Lo que comenzó en 2014 como un proyecto de seguridad vial ha finalizado con más de 4.000 sanciones a conductores en Gran Bretaña y definitivamente los camiones de policía camuflados entran en funcionamiento en Reino Unido.
La «Operation Tramline» ha demostrado como un camión radar camuflado puede ser un vehículo perfecto para detectar a los conductores que cometen infracciones al volante.
Las más habituales, uso del teléfono móvil, conducir sin el cinturón de seguridad o bajo los efectos del alcohol o drogas, además del exceso de velocidad, aunque se ha llegado a constatar un conductor lavándose los dientes, leyendo el periódico o viendo una película en un DVD, entre las más curiosas y peligrosas.
Ahora, tres camiones policiales camuflados entran en funcionamiento en Reino Unido dentro de la nueva estrategia para reducir las muertes como consecuencia de accidentes de tráfico.
Estos camiones policiales están equipados con cámaras de grabación de gran ángulo que permiten una mayor visión para detectar posibles infracciones y poder constatar a posterior la infracción cometida. Dos policías de «paisano», uno en funciones de conductor y el otro, de vigilante / observador, serán los encargados de llevar a cabo las labores de seguimiento en el camión.
Estarán asistidos a su vez por coches de policía o motos, debidamente camufladas sin ningún tipo de identificación para hacer más difícil su localización.
Una vez detectado por el camión un conductor que ha infringido una norma de seguridad vial, el coche de policía o moto camuflada será la encargada de parar al infractor y recabar sus datos. Una nueva estrategia con el fin de reducir los accidentes en Reino Unido que cada año cuesta miles de vidas.