El Gobierno plantea subir un 29% los impuestos al diésel y viñeta en carreteras españolas, unas medidas que según ha publicado FENADISMER y que rechaza de forma rotunda, ya que supone desconocer la realidad del sector del transporte por carretera.

La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España, FENADISMER ha publicado una nota de prensa donde rechaza las posibles medidas que implementará el Gobierno en lo que se refiere a los impuestos al diesel y establecer una tasa por la utilización de las carreteras españolas.

El informe del Comité de expertos creado por el Gobierno, a instancias del Congreso, para asesorar sobre la estrategia futura de nuestro país en materia de energía y clima, plantea una brutal subida del impuesto de los carburantes para fomentar la utilización de otras fuentes de energía, con el objetivo de descarbonizar todas las modalidades de transporte, así como la del establecimiento de oros impuestos relacionados con el medio ambiente y las infraestructuras.

Así, por lo que se refiere al sector del transporte por carretera, el informe plantea entre otras medidas, una subida del 29% del actual impuesto sobre el gasóleo así como el establecimiento de una tasa (viñeta) por la utilización de la actual red viaria de autovías españolas.

FENADISMER rechaza de forma rotunda dicho informe, ya que supone desconocer la realidad del sector del transporte por carretera tanto en materia de contribución al medio ambiente, en la que la tecnología actual de los camiones han reducido en más de un 90% los contaminantes emitidos a la atmósfera, como en materia fiscal, en la que el sector contribuye con casi el 50% del total de impuestos indirectos que recauda la Hacienda española, en concreto más de 12.000 millones de euros anuales.

Ello además contrasta con los beneficios fiscales de los que disfruta el transporte aéreo, marítimo y ferroviario que gozan de una exención total de impuestos sobre los carburantes que consumen.

FENADISMER considera que dicha medida traería como consecuencia inmediata romper con la tendencia de crecimiento positivo continuado de las exportaciones españolas, que se ha mantenido a lo largo de estos últimos 3 años, y agravaría el desequilibrio del déficit comercial español entre las exportaciones y las importaciones, que según datos del Ministerio de Economía se incrementó en un 40% en el último año, con lo que en consecuencia ralentizaría el proceso de recuperación de la economía española.