El actual Gobierno acumula licitaciones por valor de 3.000 millones de euros en los últimos tres años en el proyecto ferroviario del Corredor Mediterráneo, cuya conclusión se estima en 2025. Además, una «iniciativa social y empresarial» ha sufragado una corto cinematográfico para dar a conocer el Corredor Mediterráneo. Mientras tanto, el transporte de mercancías por carretera, ha pasado al olvido y ha dejado de ser un «sector estratégico esencial», pese a que la pandemia continua.

«Queremos cumplir los compromisos y otorgar un criterio de racionalidad a la inversión que todos los españoles han hecho en el Corredor Mediterráneo, por lo que es evidente que hay que acabar el proyecto para comenzar a recibir los retornos sociales y económicos que todos esperamos, comenzando por la Unión Europea«.

Así lo detallaba el secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Pedro Saura, en una comisión en el Congreso de los Diputados hace escasos días donde cifraba en 16.000 millones de euros la inversión total que acumula este proyecto a lo largo de su historia.

El compromiso del Gobierno sigue siendo terminar las obras del Corredor Mediterráneo en 2025, habiendo destinado durante su legislatura un total de 3.000 millones, el triple que en el mismo periodo del anterior Gobierno.

Un «mega proyecto» con innumerables trabas técnicas, que acumula retrasos y que no cuenta con los apoyos de sectores esenciales. Pese a todo ello y para «maquillar esta situación» una «iniciativa social y empresarial» [como se definen en su página web] ha financiado «Si Quiero Corredor», un cortometraje que, en clave de humor, refleja los retrasos y las deficiencias de la red ferroviaria.

Se hace arto complicado y difícilmente asumible que mientras el sector del transporte de mercancías por carretera sigue sufriendo tras una larga lucha durante los meses más complicados de la pandemia, con innumerables trabas y donde «arrimó el hombro» sin pensar en ellos mismos, se sigan destinando miles de millones a un proyecto, que se tendrá que acabar «si o si» y «le guste a quien le guste«.

Quizás, muchas empresas de transporte, si tuvieran la mitad de la financiación disponible, podrían seguir manteniendo los puestos de trabajo de sus chóferes y resto de personal, y haciendo crecer un sector estratégico. Esperemos que con el cambio de titularidad al frente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la situación cambie, aunque cada vez, hay menos esperanzas.